España se despierta hoy con la confirmación de un secreto a voces que todos esperábamos: Zapatero no se presentará a las próximas elecciones. Y lo que has tardado en admitir tu muerte política, José Luis. La tuya y la del socialismo, al que has enterrado en un campo de desconfianza y crispación. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que el señor de barbilla prominente y ojos de búho no se haga presidente de este país de locos.
Zapatero llegó al poder apoyado por una sociedad dolida y herida por el terrorismo, ya no sólo nacional, sin también internacional. Se aprovechó ZP del profundo rencor que España le tenía al señor Aznar por meternos en una guerra colonialista y absurda siguiendo los pasos de otro indecente. Llegó Zapatero y todo parecía bonito. Comenzó con su política social, con sus leyes igualitarias. Pero le sobrevino una crisis feroz, brutal, que arrasó con todo y dejó al descubierto su falta de reacción.
Pues bien, pudiendo la crisis con él y con todo su país, al fin hoy admite que se irá pero, ¿por qué hemos de esperar desesperados las elecciones generales de dentro de 1 año con un político que ha admitido su desatino? ¿No sería más correcto que anunciara su huida y nos dejase elegir otro representante más ordenado y contundente? Pues se ve que no, las cosas de palacio van despacio y si son de Moncloa aún más. Zapatero trata de ganar tiempo para que su partido y su sucesor, a saber una ministra más frígida que el hielo o un animal político con cara de mala persona, se desvinculen de él y de sus absurdeces. España ándate con ojo, si lo que tienes es malo, lo que te venga, sea lo que sea, va a ser peor. Tengan paciencia o pónganse a quemar coches.
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