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miércoles, 27 de octubre de 2010

Walkman, 1979-2010

Ese revolucionario aparato, creado como vínculo de unión entre el vinilo y el discman, está de capa caída, bueno más que caída el walkman se ha quedado sin capa.

Y es que Sony, su creadora, pronunció en su fábrica de Japón aquello de “¡paren las máquinas!” y, de un plumazo, asesinó a la creación que la encumbró.

Es curioso que la noticia de que ese objeto, cuya única función hoy en día es acumular polvo en algún cajón, deje de producirse nos trastorne. Nos entristece que algo que ha formado parte de nuestra vida, de nuestra niñez, se esfume. Y es que ese aparatito negro con botones y pilas fue realmente un gran avance: le otorgó a la música carácter transportable.
¿Quién no recuerda la cara A y la cara B, rebobinarlas con un boli BIC, poner celo a una cinta para piratear música de la radio sin que la SGAE nos comiera?

Lo cierto es que se trataba de la crónica de una muerte anunciada, de hecho apenas nadie hubiera recordado el walkman si esta noticia no hubiera saltado a la prensa. Nos olvidamos del walkman como nos olvidamos del discman, y el vinilo sólo vive ahora tiempos de bonanza gracias a los amantes de lo vintage.

Aunque esto significa el principio del fin del objeto que permitió a la música ser menos estática y más movida, seguirá produciéndose para Asia y Oriente Medio donde la demanda, según Sony, “no es totalmente cero”.

Así que, analógicos, no se entristezcan porque el walkman siempre vivirá entre nosotros.

martes, 26 de octubre de 2010


El Gran Paul dice adiós

Me atrevería a asegurar que no fuimos pocos los que, la mañana del 11 de julio, nos pusimos a brincar y dar palmas como locos al enterarnos de que el pulpo Paul, el Gran Paul, había designado a España como la campeona del lance ante Holanda, que decidiría el campeón del Mundial de fútbol de Sudáfrica que se disputaba esa misma noche. Según Paul, esos éramos nosotros.

“Ya está, vamos a ganar. Lo dice Paul, qué más quieres”. Lo repetíamos sin cesar. Estábamos seguros, y no porque nuestra selección sea la mejor de la historia (que lo es), ni porque nuestros jugadores sean semidioses caídos del cielo que adoran al balón (que lo son), sino porque lo decía Paul, y lo que decía Paul iba a misa.

Pero primero, hablemos de la trayectoria profesional de este pulpo mediático.


El pulpo Paul dejó de ser un simple pulpo el día que sus cuidadores decidieron jugar con él, metiendo en su pecera un par de urnas adornadas con las banderas de los países pertinentes y un mejillón en su interior. La cosa debió de comenzar como una atracción para el público, pero Paul resultó tener poderes sobrenaturales y consiguió a acertar todas y cada una de sus predicciones.

En cada cita futbolística internacional relevante, Paul emprendía su espectáculo y, frente a él, decenas de cámaras y periodistas acreditados. Paul se convirtió en un personaje a seguir, imprescindible un video suyo posándose sobre una cajita transparente en día de partido que predecía al ganador. La cosa era seria, Paul lo acertaba absolutamente todo.

Pero hoy hemos despertado con la triste noticia de su muerte. Ya no habrá más predicciones acertadas ni más urnas con banderitas y, probablemente, nunca un pulpo vuelva a despertar el interés del mundo como lo hizo Paul. Y es ahí donde reside la grandeza de ese animal, que seguirá siempre vivo gracias a YouTube.

Parece ridículo dedicar líneas a un pulpo, pero para nosotros siempre será algo más que eso. Quizá por lo especial que es para todos ese mundial jamás le olvidaremos, por lo mismo que recordaremos, cantaremos y bailaremos hasta la saciedad el Waka-waka de Shakira y por lo que Sudáfrica nunca volverá a ser sólo un país, sino “Sudáfrica, donde ganamos nuestro primer mundial”.

martes, 19 de octubre de 2010

Señores y señoras, ya pueden volver a la realidad

Si hay algo que debe guiar nuestras decisiones en esta vida, ese algo es la objetividad; la objetividad a la hora de decidir, de actuar y a la hora de juzgar. No es que el gobierno actual sea santo de mi devoción, más bien lo contrario, pero no por ello debemos criticar cada una de sus actuaciones como si absolutamente todas fuesen equivocadas, aunque resulte evidente que la gran mayoría sí lo son. La aprobación de la ley del aborto o los matrimonios homosexuales han sido dos medidas acertadas, y aunque no nos agrade la idea de trabajar hasta los 67 años, el retraso de las jubilaciones es otra de esas medidas adecuadas y necesarias.

Hemos oído mil veces eso de que “el trabajo dignifica”, pero la verdad es que por mucho que intenten convencernos nadie va a conseguir que dejemos de desear que el fin de semana llegue pronto, que nos aumenten el número de días de vacaciones o que nos adelanten la jubilación. Y es que nos encanta disfrutar de tiempo libre, siempre y cuando tengamos dinero para gastar y aficiones que atender.

Volviendo a la realidad debemos de ser conscientes de que cada vez invertimos más años estudiando, años en los que no solemos estar trabajando; nuestra calidad de vida ha aumentado, de forma que llegamos a los “ansiados” 65 con la vitalidad y la salud de una persona de 50 años en los años 40; y la esperanza de vida también, sobrepasando la mayoría de la población los 80 años de edad. Ahora echemos cuentas: si cada vez estudiamos y vivimos más años, eso implica que trabajamos menos años a lo largo de nuestra vida, lo que nos conduce a cotizar menos, y si no cotizamos, ¿quién pagará las pensiones?

A todos nos gustaría trabajar poco y ganar mucho dinero, y si es posible jubilarnos prontito, pero el debate no debe centrarse en torno a lo que nos gustaría, si no a lo que debe ser, a lo que es necesario para el país, a la realidad al fin y al cabo. Quizás la vitalidad de una estudiante de 21 años que ha trabajado dos meses en toda su vida conduce a ver con un mayor optimismo esta situación, quizás la población que ha pasado el umbral de los 50 está “asqueada” de la vida laboral, está harta de su trabajo y deseosa de pasar los 65, pero es que ese es otro problema distinto más relacionado con la calidad y las condiciones de trabajo en España, que en comparación con algunos de nuestros vecinos europeos, dejan mucho que desear.

Otros intentan escudar su opinión acerca de este tema en la elevada cifra de parados, que en nuestro país es un problema constante. Muchos de ustedes pensarán que el retraso de la edad de jubilación empeorará la búsqueda de empleo, pero es que el error está ahí. El error es querer reducir el paro así en vez de hacerlo fomentando el sector tecnológico o industrial, en vez de fomentar el turismo, en vez de crear empleo.

Señores y señoras, ya pueden volver a la realidad, bajen de su nube, y dejen sus protestas para algo más razonable.


lunes, 18 de octubre de 2010

Joan, váyase y no vuelva

Sí, desgraciadamente el laportismo ha vuelto a nuestras portadas, copándolas una vez más de informaciones ambiguas, politiqueo absurdo y problemas con la justicia. Cosas que no deberían empañar el mundo del fútbol en general y el del Barça en particular.

Resulta terriblemente bochornoso que el que es, a día de hoy (no se ofendan los madridistas), el mejor equipo del mundo haya tenido una directiva de esta calaña.

El barcelonismo sufrió durante 7 largos años a un personaje llamado Joan Laporta que alimentaba su gigantesco ego a costa de los títulos y el buen juego del que creía su club. Utilizó el engrandecido nombre del Barça como escenario para librar sus propias batallas contra el españolismo y sus ansias de poder político en Cataluña.

El nombre de Joan Laporta y sus, siempre controvertidas, declaraciones, no han beneficiado al “club de sus amores”, sino que consiguieron asociarlo a unos ideales y a unos valores separatistas y antiespañolistas. Hay que recordar que el Barça es un club con millones de aficionados a lo largo y ancho del mundo y, sobretodo, a lo largo y ancho de España. Los habrá chinos, japoneses, australianos, estadounidenses, portugueses, madrileños, valencianos, vascos, gallegos... y todos estos fans no lo son del señor Laporta sino de una forma de juego, del amor al balón, del fútbol-espectáculo, de Xavi, de Iniesta, de Messi.

Afortunadamente, la época Laporta concluyó con éxito este verano y Sandro Rosell comenzó con su reinado.

Y cuando pensábamos que el mundo del fútbol se había librado de este personaje, llega Rosell y su Junta Directiva y le hacen volver a las páginas de los periódicos deportivos, acusando al ex presidente de mala gestión por acumular, presuntamente, unas pérdidas de 48,7 millones de euros.

Culpable o inocente, no es usted bienvenido en la índole deportiva, así que, por favor, señor Laporta, váyase y no vuelva.

viernes, 8 de octubre de 2010




Así, sin venir a cuento, dos amigas estudiantes de periodismo-economía se juntaron para crear un blog.

Un blog irreverente, sin pelos en la lengua, atrevido, donde nuestras (y vuestras) opiniones sobre todo, y sobre nada, serán el timón de este proyecto.

Aquí se tratarán temas muy dispares, generales, de los que se hará un análisis totalmente subjetivo e influenciado por nuestros valores y creencias. Sí, no somos objetivas y lo reconocemos. Al fín y al cabo, nadie lo es hoy en día, pero al menos aquí seremos sinceras.


Sean muy bienvenidos, queridos lectores, disfruten de la opinión generalista de dos veinteañeras y no duden en ayudarnos a mejorar.
  

Aida de la Fuente
&
Estela Parrado