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domingo, 30 de enero de 2011

Buena energía

Aquí va uno de mis últimos descubrimientos. Música tranquila, casi susurrada, de la que te hace relajarte con una buena letra. Dignos de seguimiento.

viernes, 21 de enero de 2011

Derbi-decepción

Brillaba la luna y su inmensidad sobre las aguas del Manzanares. Me dirigía con dos grandes amigos a presenciar el primer derbi madrileño futbolístico de mi existencia: Atletico de Madrid-Real Madrid, encuentro copero. No había mucho emoción en la remontada del equipo anfitrión pero un derbi siempre es un derbi, o eso pensábamos mientras andábamos animados hacia el espectáculo.

Al llegar, una marea humana sólo comparable a grandes ocasiones. Búsqueda de asientos, miradas al verde césped, expectación y gran ambiente. Lamentablemente eso fue lo mejor de una nueva decepción en el Calderón.


Los jugadores de ambos equipos se pasearon por el campo sin intención de nada. Forlán naufragaba en su desesperación y sus compañeros no eran capaces de dar dos pases seguidos. El Madrid, por su parte, parecía distraído, sin ganas de ganar, sin ganas de jugar, sin ganas de correr y sin ganas de divertir a todos los que allí andábamos.

El frío empezó a adueñarse de los espectadores y no era sólo cuestión del gélido aire que corría en la rivera del río madrileño, el frío que se nos metía en los huesos procedía del terreno de juego. Apenas un fallo de Iker hizo levantarse a la grada, el posterior gol la mató. Lo único que nos entretenía de vez en cuando eran los cánticos y el jaleo que formaban los ultras atléticos.

Poco más merece mención, parece que el Atleti está empeñado en hacer creer a sus inchas que el año pasado, y el doblete, fue un espejismo. Ánimo atléticos, más se perdió en la guerra y volvieron todos cantando.

domingo, 16 de enero de 2011

El amor desenamorado

Hace pocos días ví una película singular. Es una de esas pelis romanticuchas, piensas al princípio. En realidad sí se trata de una historía de amor pero no tiene un final feliz y su narración no es nada común. Su título: 500 días juntos. Recomendable por su banda sonora, por sus actores, por su desarrollo y porque su línea temporal se fragmenta en cada fotograma, pasando del primer día de relación al último sin pasar por el nudo. Les dejo una de las canciones de la banda sonora, espectacular.

martes, 11 de enero de 2011

El Balón de la Envidia

Ayer se entregó el Balón de Oro 2010. 2010, quiero recalcarlo porque parece que a los señores de la FIFA y a todos los entrenadores, capitanes de selecciones y periodistas que este año, por primera vez, podían votar, se les ha pasado por alto ese detalle. Eso, o que nadan en el mundo de la ignorancia.

El ganador fue Messi, pero la sensación agridulce que vivió España, y todo aquel aficionado del fútbol-espectáculo que nos ofrecía nuestra selección, no puede ser expresada con palabras, aunque tal vez alguna que otra portada ofrece una visión cercana.

Nadie niega, y no seré yo la primera, que el señor Leo Messi es el mejor jugador del mundo, pero ésta que les escribe, y medio mundo más, no le considera el mejor del año 2010. Y no lo es por la simple razón de que 2010 fue año de Mundial y en él Messi estuvo gris oscuro casi negro, un año en el que España lo ganó, después de haber ganado el Europeo hace dos años, después de que nuestra liga haya sido nombrada como la mejor del mundo, después de Casillas, de Reina, de Valdés, de Piqué, de Ramos, de Capdevila, de Puyol, de Arbeloa, de Albiol, de Marchena, de Busquets, de Javi Martínez, de Xabi Alonso, de Xavi, de Iniesta, de Cesc, de Pedro, de Silva, de Navas, de Mata, de Torres, de Villa y de Llorente, después de todo, a España no se la ha dado ni el premio del mejor jugador del mundial, ni el premio al mejor entrenador de 2010, ni casi las gracias por hacer del fútbol un lugar mejor.

No discutiré, en exceso, el del mejor entrenador del 2010 porque está claro que el triplete de Mou pesa, pero no sé si pesa más que un Mundial lleno de magia y belleza futbolística. Lo que está claro es que aquí no se incentiva el carácter y la educación.

Esta crónica no está a la altura del tremendo cabreo en el que me encuentro desde ayer a las 19.00, ni se acerca de lejos a la indignación que sentimos todos por este ultraje, el último de una larga lista, por este robo, por esta humillación, casi por esta manía persecutoria a un país que sólo le ha entregado al mundo del fútbol cosas buenas. Señores, en año de mundial se premia a los ganadores del Mundial. Sí, lo he repetido un millón de veces en cuatro párrafos, pero es que es algo increíble. ¡Pero si hasta a Cannavaro, un defensa italiano sin más talento que dar patadas y raparse la cabeza, le regalaron el Balón de Oro el año que Italia ganó, a su modo despreciable, el Mundial!

¿De qué estamos hablando? ¿A qué están jugando? ¿Es éste el principio de un acoso y derribo a España, como predice un lector de As.com, en el que Platini y Blatter se han hartado de vernos felices y contentos? Señores vuelvan sus cabezas a España porque somos españoles y lo ganamos todo. Sí, tenemos una economía fatídica y un gobierno que da risa, pero en deporte no nos ganáis ninguno, y si pica, rásquense, que aquí en, “el sur de Europa”, somos grandes. Si no lo queréis reconocer nos da lo mismo porque nosotros lo demostramos en cada partido, en cada carrera, en cada torneo de tenis y en lo que nos dé la gana.

Aquí tienen un minuto de éxitos españoles, que les vaya bonito.

domingo, 9 de enero de 2011

sábado, 8 de enero de 2011

Juro no volver a ir de rebajas

Un 7 de enero más me calcé mis botas más cómodas, un bolso bandolera y decidí aventurarme con valentía y acompañada por mi madre por las abarrotadas calles del centro de Madrid. Mis primeras impresiones fueron estupendas, eran las 11 de la mañana y, pese al trajín que había en el exterior, el fabuloso teatro que H&M ha invadido de ropa y complementos en la calle Gran Vía estaba bastante tranquilo, cosa bastante normal teniendo en cuenta que las rebajas de esta cadena internacional habían comenzado el día 2 de enero. Después de recorrer la imensa tienda lo encontré, por fin, después de tanto sufrimiento y de tantas tiendas recorridas, escondido entre todos los vestidos de fiesta apareció el único e inimitable, el genial y asombroso, el precioso vestido drapeado con escote de corazón y volante en la cadera de color maquillaje que tanto había ansiado, ¡ y al 50% ! (Sólo hay un pequeño detalle sin importancia, y es que aunque la cremallera me sube, tendré que esperar a bajar unos cuantos kilitos para estrenarlo).


Feliz y radiante salí acompañada de mi madre y de mi vestido hacia Zara, sin saber lo que me esperaba. Una locura, es el adjetivo que más se acerca a lo que viví dentro de esa tienda. Colas y colas de gente, ropa tirada por los suelos y señoras maleducadas empujándote con sus bolsos para hacerse sitio. Las únicas plantas "visitables" eran las de ropa de hombre y de niño. En la primera de ellas encontré mi única adquisición, una cazadora de cuero muy bonita rebajada de 70 a 35 euros para mi novio, y por la que merecía la pena hacer una hora de cola para pagar, ni un minuto menos ni un minuto más, en la planta de niños (no quiero ni imaginarme cuanto duraría la del resto de plantas).

Después de una hora perdida llegué a la meta, con tanta suerte que la cazadora no tenía etiqueta y el precio que maracaba la caja, 45 euros, no era el que yo había visto en otra cazadora del mismo modelo pero de diferente talla. "No le podemos cobrar la cazadora a un precio distinto del que marca la caja si no tenemos la etiqueta delante", eso fue lo que me dijeron, pues estupendo, a ver si se pensaban que después de una hora iba a pagar 10 euros más por la prenda. Con toda mi mala host** subí corriendo 3 pisos por las escaleras apartando a la gente de mi camino y pensando que cuando llegase a la zona de caballero alguien se habría llevado la cazadora con la etiqueta rebajada rematando mi "buena" suerte. Dando gracias a Dios, a los ángeles y a los santos bajé las escaleras hiperventilando y mareada con la cazadora en la mano marcada al precio que yo había visto. Estaba mal etiquetada, en realidad costaba 45 euros, pero como me conozco la normativa, su obligación era cobrarme el precio indicado en la etiqueta ya que el error era del establecimiento, y así fue.
Con un poco menos de fuerzas, de tiempo y de humor salí a la calle. "Al menos te has salido con la tuya" me animó mi madre, y nos encaminamos hacia otra tienda. ¿Qué más nos podía pasar? Pues que empezamos a pitar a la entrada de Oysho cargadas de bolsas, lo que nos faltaba. Primero pasa una bolsa, luego la otra, ahora un pie, ¿será el bolso?, ¿la cartera?, ¿pitas tú o pito yo? Pues nada, la incompetente e inútil dependienta de Zara había dejado un regalito en forma de alarma enganchada a la ya famosa cazadora de cuero. En ese momento me acordé de su madre, de su padre, su hermano, su abuelo y su tía la del pueblo, de su prima y su primo, y de ella, por supuesto.

Creo que salí a la calle de nuevo escupiendo barbaridades por la boca, pero la histeria y la rabia me cegaban y no me permiten recordar bien el recorrido y los improperios que dije hasta llegar de nuevo a Zara. Allí me pidieron perdón y retiraron la alarma, y en ese momento decidí meterme en el metro.

Juro no volver a ir de rebajas, al menos el primer día, pero mis promesas son efímeras, y me suena haber realizado esta misma en anteriores ocasiones, y sé que el primer día de julio la ilusión de encontrar eso que tanto deseaba a menor precio me hará olvidar las penalidades sufridas en anteriores combates y me empujará de nuevo a la batalla de las rebajas.

jueves, 6 de enero de 2011

¡Melchor, Melchor!

No tenía pensado hacer una crónica de la de Cabalgata de Reyes de ayer tarde en Madrid, pero tras años y años de asistencia, casi tradicional, con mi señora madre y mi hermana, la de este año me dejó algo desanimada.

No es que esta Navidad haya sido muy Navidad en Madrid. Los adornos de las calles son los mismos, por lo menos desde hace dos años, el Paseo de la Castellana tiene las mismas luces navideñas que una calle de barrio, pero la guinda fue una Cabalgata sosa, lenta, escasa y silenciosa, muy silenciosa. Un silencio que apenas se atrevieron a romper un par de tambores, que pasaron con mucha prisa, y el Poker face de la Gaga, hecho que me alucinó, la verdad.

La Navidad madrileña este año sólo la he sentido en las grandes arterias de la ciudad, esas que parecen un hormiguero y en las cuales, si no sabes andar por Madrid, puedes llegar a rozar la muerte por agobio. Y es ahí precisamente donde se siente esta época por el consumismo que se nos ha metido en la cabeza. ¿Es Navidad porque se compran regalos o se compran regalos porque es Navidad? Yo particularmente en Navidad no regalo, regla de la casa, la Navidad es para los niños, aunque ya no lo seamos.

Volviendo a la Cabalgata, pocas carrozas, muy lentas, tanto que me daba tiempo a fumar un cigarrito entre cada una de ellas y luego echar a correr en busca de caramelos, que las omnipresentes mujeres mayores, las cuales deben entrenar todo el año el chachifabuloso arte de robar caramelos, siempre me quitaban.

En cuanto a la música, escuché música de dos carrozas, una no fui capaz de identificarla, la otra era la Gaga. Esas bandas con sus tambores y trompetas y pitos y flautas o tocaban muy bajito o apenas podía escuchar los tambores.

Y de repente, llegaron los Reyes. Montados en sus carrozas luminosas, nubes, corazones y estrellas. Este año por no traer no traían ni camellos. Y ese fue el comentario generalizado “¿Ya ha terminado? Oh! Pero, ¡no hay camellos!” Eso sí, todo lo que se ha ahorrado en camellos este maravilloso ayuntamiento que tenemos, se lo ha gastado en fuegos artificiales. Maravillosos. Aunque mejor estuvo el gofre de chocolate y nata paseando por delante de Cortylandia.
Me despido de vosotros esperando que los Reyes os hayan traído todo lo que queríais y sino...haber sido buenos. Ah! Otra vez el segundo gran premio lotero de la Navidad, el Niño, ha caído íntegramente en Madrid, hoy sí he sido agraciada con un reintegro. Menos da una piedra.

martes, 4 de enero de 2011

Ya llegan

Vayan ultimando sus deseos porque esos tres reyes que son aceptados hasta por los más republicanos, están al caer. Y su llegada nos indica que la Navidad está despidiéndose lentamente. Pero no se entristezcan queridos, que mientras una época pasa otra mejor llega: las rebajas y sus chollos.



Tenga un feliz fin de la Navidad, nos vemos de rebajas

lunes, 3 de enero de 2011

Oooh...qué mono


Parece que los publicistas han encontrado su particular gallina de los huevos de oro: los niños. Se han dado cuenta de que su ternura conmueve a los televidentes, los anuncios en los que sale una pequeña personita les reblandecen el corazón y consiguen calar en sus memorias. Otro punto fuerte de estos jóvenes actores es que nadie hace zapping cuando empieza la publicidad porque todos quieren ver a ese cuquísimo niño que hace de ovejita.

He seleccionado algunos de los anuncios más populares de esta Navidad. Empezaré por el archiconocido niño-oveja que reclama una mayor atención para estos animalitos en la función de Navidad del cole. Su disfraz, a modo de campana con algodones, y su actitud desenfadada han dado lugar a una serie de anuncios que presentan diferentes momentos de la función.





Decathlon también se ha subido al carro y ha emitido tres anuncios, uno de una niña y otros dos de niños, en los cuales hacen sus peticiones a los Reyes Magos, todas ellas de artículos deportivos que pueden encontrarse en la tienda mencionada bajo el eslogan Regala deporte.





Pero aunque cada año la publicidad nos sorprenda hay ciertos anuncios míticos, esos anuncios que año tras año nos hacen ser conscientes de que la Navidad está aquí. Hablo de Freixenet y Coca-Cola, los que se han convertido en las potencias de la publicidad navideña. Sin embargo este año no puedo evitar sentirme triste y desilusionada con sus respectivas promociones.

Freixenet ha escogido a Shakira, esa mujer que está hasta en la sopa y de la que empiezo a estar un poquitín harta. Vale que es la banda sonora del mundial, pero por favor, Freixenet hace arte con sus burbujitas y este año me encuentro con esta rubia que ha desaprendido el castellano deseándome feliz Navidad...



Sin lugar a dudas, yo me quedo con éste, el mejor anuncio de Freixenet que recuerdo.



Con Coca-Cola me ha pasado algo parecido. Estaba ansiosa de que llegase el día del estreno y, sinceramente, aún sigo esperando que llegue porque lo que estos señores nos han presentado es una broma. Un Papa Noel agitando un bola de nieve y moviendo a la gente para que sea feliz, a mí esto me da risa.




Y me da risa porque Coca-Cola nos tiene acostumbrados a cosas como esta



Esto sí que era anuncios y no los de hoy en día.

domingo, 2 de enero de 2011

2011

El año se despidió hace apenas unas horas, resacosas para algunos. Con la llegada de un nuevo año se inundan nuestras conciencias de nuevos propósitos e intenciones que, pasados unos días, se quedarán en eso....simples intenciones.

Pero nuestros amados y venerados políticos no querían dejar pasar estas tranquilas y probetonas fiestas sin meterse en nuestras casas con sus deseos.

A continuación les dejo dos de los vídeos de felicitación, conmovedores y perturbadores a partes iguales, de los que más hemos oído hablar.

El primero de ellos el del Partido Popular. Su felicitación al estilo sesentero de una conocida y cursi serie no ha dejado frío a nadie, y a esta que les escribe menos todavía, pues tuvo ligeras pérdidas de orina en su primer visionado. Serían muchos los comentarios, pero con sus miraditas tiernas y su representación de unidad y felicidad se me quedan lentos los dedos para describir todo lo que me produce. Una sola apreciación, ¿dónde está Esperanza?





El segundo y último vídeo que destaco es el de uno de los personajes más queridos en la política: Miguel Angel Revilla, presidente de la comunidad cántabra. Su naturalidad (¿fingida? quién sabe) no deja indiferente a nadie y siempre encuentra algo para demostrar a la opinión pública que es, aún si cabe, más campechano que el rey de este país. Con él os dejo.