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jueves, 21 de abril de 2011

La Copa suicida

La catástrofe del suicidio de la Copa del Rey en su llegada a la capital española está dando la vuelta al mundo y, como es ya habitual, Twitter se animó con la historia, creando el has tag #copicidio, donde se podían leer frases como: “Dicen que cuando Sergio Ramos estaba tirando la Copa decía VIVA LA REPÚBLICA”. El propio Ramos siguió con la broma y publicó al día siguiente su propia explicación de lo sucedido.


Pero contemos la historia desde el principio. El Real Madrid ha tardado 18 años en ganar una nueva Copa del Rey y sólo cuatro horas en destrozarla. Nueva porque estaba recién salida de las mágicas manos del joyero madrileño que se encarga de su elaboración. 4 meses de trabajo para el susodicho que Sergio Ramos, en sólo 4 segundos la dejó hecha pedazos, después de que se le cayera desde 5 metros y le pasase por encima el autobús del Real Madrid. Aunque para ser sinceros, la pobre copa estuvo en peligro desde el principio.

El hecho de que Iker se envalentonase, se subiera a una superficie inestable, ocupase incluso el espacio vital de la Reina y tuviese su mismísima Majestad, el Rey, que sujetarle de la mano para que no se cayera, nos hizo pensar que la Copa podría acabar en el suelo en cualquier momento, pero aguantó. Por el césped anduvo tranquila, como cualquier copa en sus circunstancias. Ramos en seguida intimó con ella, de hecho colgó en Twitter esta foto íntima con ella:


Pero lo peor se avecinaba. Faltaban pocos minutos para llegar a la Cibeles y la gente enloquecía. Ramos hizo algo típico de la Semana Santa y fue al cielo con ella, la posó sobre su cabeza. Problema, ¿cómo la bajo ahora? Escogió la peor forma, un breve equilibrio y dos segundos más tarde la Copa camino del suelo. Una vez abajo, la rueda del autobús le pasó por encima. Corta vida la de una copa tan esperada.

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