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sábado, 9 de abril de 2011

Y esto es sólo el comienzo...

Otro día más sin poder dormir. Ni la ventana abierta de par en par, ni mi botellita de agua fría han conseguido aliviar mis sofocos y librarme de este pegajoso sudor que empapa mis sábanas. Ya lo decía mi madre, el calor es soportable hasta que un día te das cuenta de que dentro de la ducha estás sudando. Ahí se encuentra la barrera entre el agradable calorcito primaveral y el infierno veraniego de nuestra capital que, inevitablemente, cada vez está más cerca.

Hoy es uno de esos días en los que las terrazas y las calles están completamente llenas de gente que acaba de sacar su ropa de verano del armario, y que pese al olor a bolitas de naftalina que aún conservan sus prendas, y al color blancucho de su piel, lucen con mucho agrado.  

Y esto es sólo el comienzo...el comienzo de la primavera, ¿quién lo diría?

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