Como consecuencia de las malas decisiones tomadas por el presidente Aznar durante el año 2004, las urnas electorales le sacaron del Gobierno.
El 1 de septiembre de 2003, Aznar propuso a Mariano Rajoy para sucederlo como candidato del PP a la presidencia, y la Dirección Nacional del PP aprobó la candidatura. El ex-presidente cumplía así su palabra de no estar más de ocho años en el Gobierno y además se convertía en el primer gobernante español en ejercicio que renunciaba voluntariamente a seguir en el poder, a pesar de las presiones de dentro de su partido para que continuara. Quedó descartado así, por el propio Aznar, su otro "hombre fuerte": Rodrigo Rato, posterior Director Gerente del Fondo Monetario Internacional.
La decisión tomada por el ex-presidente Aznar de designar él mismo a su propio sucesor fue conocida como "sucesión a dedo", pues no fue respaldada en los intereses del partido en general sino que fue el mismo Aznar el que tomó la decisión.
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