Aznar sigue avergonzando España allá por donde va, cada vez que abre esa boca que Dios le otorgó y dice sandeces, a cada cual menos apropiada. Y es que me atrevería a decir que nos perjudica más que el señor Zapatero.
La última de nuestro flamante ex-presidente han sido unas declaraciones en las cuales criticaba los bombardeos aliados en Libia, calificando a Gadafi amigo de Occidente. Bien que Jose Mari andaba calladito cuando eran los iraquís los bombardeado o cuando unos trenes explotaron una mañana de marzo.
Pues bien, el señor Aznar expresó abiertamente su opinión en una conferencia en Nueva York, que a nadie más que a él y a su mujer interesa, sobre la resolución de la OTAN en contra del presidente libio. No contento con eso, declaró que no estaba de acuerdo con la pasividad occidental ante el derrocamiento de los líderes de Egipto y Túnez, a los que también considera amiguitos del alma. Llegados a este punto les remito al artículo de opinión que publica hoy El País sobre este tema que puede leerse pinchando aquí.
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