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jueves, 13 de octubre de 2011

One Love. One Life. One Day

Chico conoce a chica. Chica se enamora de chico. Hasta aquí One Day (Siempre el mismo día, en su traducción al castellano) podría parecer otra típica masa pastelosa llevada a las pantallas de cine para el disfrute de quinceañeras ávidas de lloriqueos, pero nada más lejos de la realidad.

One Day es un drama romántico poco convencional. Todo comienza la noche del 15 de julio de 1988, cuando Emma (interpretada por una afeada y un tanto sosa Anne Hathaway) y Dexter (interpretado por Jim Sturgess) se conocen el día de su graduación. Su fugaz conexión perdurará el resto de sus vidas hasta el punto de que cada 15 de julio vuelven a ponerse en contacto. Durante años, Emma y Dexter, crean un amistad a caballo entre el odio, la envidia, la admiración y el amor.



Aferrados a una fecha especial, el eterno 15 de julio, se desarrollan estos dos personajes con sus idas y venidas, sus más y sus menos. Emma, mujer de clase media, bohemia, con valores y principios, encuentra a su alma gemela (en este caso no en sentido amoroso) en su polo opuesto: Dexter, un malcriado acaudalado sin más ambición que la de vivir la vida. Pasan los años, los matrimonios, los sueños rotos y aquellos que se cumplen. Todo cambia menos su día, el día.

No les mentiré, en ocasiones la película resulta aburrida y predecible, pero el trasfondo de la historia es original, la evolución, tanto de los personajes como de sus concepciones mutuas, es interesante y el punto final es, como mínimo, estremecedor.

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